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A noi, che non abbiamo un altra felicita que di parole
He leído a Jesús antes de irme a dormir la siesta y algo se ha desentumecido en un rincón donde estaban, agolpándose y a punto de emprenderla a tiros, ejércitos de ideas confusas . Pero he parado el carro a tiempo, ¡galán!. Me he sosegado con un poema que José María Alvarez atribuye a Filadelfo de Alejandría:
Meditaciones sobre el cuerpo:
Dejo vivir mi cuerpo y lo contemplo.
Lo veo amar y lo veo escribir.
Lo veo vivir. Y a veces
somos uno en algún sitio
Acabaremos juntos.
Ya apaciguada me he dormido y he soñado que alguien me acariciaba la cabeza y me decía
-Baja, mira
Y bajaba, solo un peldaño, y aparecían un montón de tuberías que hacían charcos con palabras, todas manaban ininterrumpidamente y todas estaban etiquetadas, como en los museos de vino, las antípodas de las tabernas. He alcanzado a ver una etiqueta, ponía: "Tribada" Miguel Espinosa. Tengo un montón de enfermedades literarias con sus correspondientes manifestaciones oníricas. La farmacia de Tribada está en la plaza de detrás de mi instituto, aunque esto no sea Murcia. Allí me he ido en el sueño y se ha truncado la imagen. Lastima, porque, de haber seguido en el sótano, quizá hubiera terminado intentando recoger el preciado néctar con canastos, en los sueños las palabras son líquidas, aún más escurridizas que aquí.
Antes de dormirme, antes de encontrarme con el poema, he escrito casi una tesis, he recordado mil argumentos contradictorios, tres mil promesas, de escribir y de no escribir, y un montón de citas. He pensado en lo harta que estoy de meta-literatura, y de mi, y me ha parecido que esto es una agonía, la de una literatura que no es toda pero lo parece, una agonía prolongada y contagiosa, que sólo produce sufrimiento=aburrimiento, para los lectores y para los escritores.
Autores y autores preguntándose por si mismos. (Me he acordado también de esa novela de Vila-Matas en la que el personaje quería desaparecer y se iba a París, y a los dos días empezaba a preocuparse porque nadie le mandaba e-mails preocupandose por su ausencia, ¡si uno quiere desaparecer de verdad lo primero que hace es darse de baja en el servidor!, lo siento Sonia, prometo argumentar más, pero si el rey está desnudo, pues ni modo, o al Clandestino modo, porque es que luego se encuentra a una ex-amante y lo único que es capaz de preguntase es si le ha ido bien económicamente y si el brazalete que lleva es auténtico, vomitivo, ¿quiero ver?¿cómo se titula?)
Ah, Las disociaciones entre "contar" y "escribir", (ser contador o escritor, más bien).Ese era el título de la tesis larga de antes de la siesta. Pero no la voy a escribir, no hace falta, generalmente me basta con pensar como si escribiera, es algo que hacemos los que no estamos muy satisfechos, para intentar percibir con más exactitud lo que vemos o lo que nos dicen. O para distorsionarlo del todo.
¿Carmen he escrito bien el título de este parto post-siesta?, esa es una de esas frases que nunca olvido pero nunca la he visto escrita y no sé italiano, la oiría en una película, seguramente, me siento una cazadora de frases, no me siento escritora sino anotadora, por eso me gustan los blogs, porque me recuerdan la delicia de las notas, esos guiños, que revientan llenos de posibilidades, esas piedrecitas blancas para la memoria, el hilo conductor, invisible.
Ah, gracias Jesús, por los acicates.
4 comentarios:
Me gustan mucho estos últimos partos, tuyos, que son tan tu yos, jaja, y este es tan onírico, tan pre y post siesta, abre tantas puertas y no las cierra...
El título muy bueno, no sé de qué película será la frase, dónde la habrás oído, es una hermosa dedicatoria en la que me siento incluida, la forma correcta de escribirlo creo que sería: "A noi, che non abbiamo un’altra felicità che di parole"
Un bezo, guapizima.
Pues tú, precisamente, deberías estar cansada de mis peroratas. Gracias cielo. Aludida eras en la dedicatoria, ¡solo dos faltas en italiano!. No hay como ponerse en encefalograma plano.
¿A las diez en el MSN?
Si yo lo único que digo es que no hay quer tomarse en serio como escritor es decir, no ser un pelma de escritor. Lo demás es un juego.
Vaya siesta más provechosa.
Bueno, pero lo dijíste en el momento justo, una siesta es otra cosa si te levantas a las cuatro de la mañana. Mi compañera de trabajo se puso enferma y me llamó a esa hora.
-Estas despierta me dijo
-Es obvio Patricia, he cogido el teléfono.
Y lo del juego es precisamente lo que yo echo de menos en las novelas que leo, en los escritores con los que hablo y en más sitios. No lo digo solo por Cervantes o por Torrente Ballester, sobre todo creo que lo digo porque fui criada en las urbes de Jardiel Poncela.
¡otra semana parlanchina no!
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