No paro de predicar, a veces me
oigo con eco. “Lo mejor a lo que se puede aspirar es a una vida llena de
contradicciones y bien conversada”. Por eso me he tirado por un barranco de
silencio durante cuarenta días. Sospechaba la cifra pero lo tuve que constatar
luego. Ha sido una cuarentena reveladora: aprendí a distinguir ruido y sonido, atravesé
todos los ánimos sin nombrarlos, recordé mucho mejor los sueños y, poco a poco, casi consigo oírme callada: pero cuando
más próxima estaba de esa meta escuché a mi cerebro aplaudiendo, dándome las
gracias por la ampliación del espacio.
LA OBRA POÉTICA DE JOSÉ VERÓN (1980-2020)
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Publicado en Turia nº 147, junio-octubre, 2023, pp. 377-385. Pese a la
belleza y trascendencia de su obra fotográfica (Premio Nacional año
2000)[1] y su pr...
Hace 2 días
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