Las eternas tardes de primavera con huracán. En el Romeral. Cuando este viento que nos hace chicas recias también nos causa burina. ¡Este aire nos va a tirar el tenderete de judías blancas asturianas! La anfitriona, la maestra, ¡otra empeñada en enseñarme que solos no somos nada! La que más paciencia ha gastado y más medios ha puesto para que brincara.
Ese nosotras vegetal del que siempre voy a estar orgullosa. Mi obra más perfecta hasta ahora es haberos hecho coincidir.
Porque solo la confianza nos salva, y solos no somos nada, como nos demostró aquellas primaveras María Jesús.
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