Lo único importante son los momentos de absoluto. En el corral de Emma con cuatro o cinco más,
después del inesperado y doloroso entierro de Luisa.
-Tienes muy bonitas las plantas, Emma.
-No te creas, estoy regando más de la cuenta.
Y me guiñó el ojo. Nunca lo hemos comentado, pero las dos sabemos, regar más de la cuenta es un
síntoma de ansiedad que asesina a millones de esquejes recién nacidos al año. Hoy he matado por
exceso de cuidados a la begoña más preciada. Aún estoy a tiempo de multiplicarla.
Luego volví con Silvia y Vladimir, ese corralito de la tía es un predio imantado, y el relindo del Vladi
se sacó del zurrón unas nueces emocionadas:
-Pues te han engañao, las españolas son más pequeñas, estas son californianas-dictaminó mi
infalible y vegetal tía.
Nada peor se le puede hacer a un hombre que prestarle demasiada atención, decía Musil.
Y a las plantas les pasa lo mismo.
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