Descansemos, amor, descansemos,
ahora que gustamos y vemos
la infinitud de los pasos,
la incertidumbre del rumbo,
la única certeza del encuentro
sobre la desnudez de las aguas.
¿La muerte?
Sólo un gran cansancio
a orillas del mar infatigable
El poema,
lento vértigo del diálogo
donde pensar en voz alta es la poesía
Entonces la risa infinita
del uno en el otro
Uno y otro
Otros.
¿Qué perdura del encuentro
para que los amantes
se despidan hasta siempre
como si las palabras
fuesen
y silencios
de qué mar,
junto a qué montaña,
en qué momento?
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