Se ha montado un callejón
latinoamericano Paco que está revolucionando la ciudad. Nada nos
hace tanta falta como las conversaciones concatenadas, ese género de
la otra orilla: unos llegan y otros se van pero la conversa
permanece, y eso no es paja, eso es pensamiento colectivo.
-Mirá vos, no hables con
esos majes peninsulares que los conocemos y trabajan en un periódico
requetecontra de derechas, haceme caso eh Martita.
Me dijo Tania mientras
Mara y la Ñata asentían. Como estaba tan entretenida con los
cadáveres de barcos de la bocana de Blufields les prometí
callarme, pero pensé que era bien chiquita esa barca para que
consiguieramos no hablarnos. En esas que se puso una nica de la zona
a contarnos su vida y rompió el fuego. Tres parejas por lo menos
salieron de aquella conversación, se enamoraban todos los que
transportaban la sandía de diez kilos que nunca nos cominos. Y amores de los otros a porrillo.
Disfruto proponiéndome alargar estos días mucho rato en la memoria, imaginando que vivo en Santander, que frecuento el callejón de la Vorágine, que vienen Isa y Eloisa a tomar vermout y me espera en el Canela o en casa la familia Holandaluza.
3 comentarios:
Pero tú ya sabes que nuestro hogar es el mundo y que, por eso, aquí también estás en casa.
Pronto vuelvo estupendos anfitriones. besazos
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