Me dirigía al spotify dispuesta a escuchar algo con chelo y bien triste, luego iba a irme al sofá, a leer algo bien pesado y sesudo, cuando se han revelado y rebelado los elementos y yo, dócil al azaaar, he obedecido. Miltón Nascimento levanta la niebla y el ebook se ha abierto solo por la Breve historia del erotismo de Bataille, a ver qué tal me va.
Antes de todo eso he estado pensando mucho rato en la palabra chance. Entonces, por fin, le dio chance. ¡Yo sólo le estaba pidiendo un chancecito! ¡Mire seño, me da chance, pues! Pedir chance está un paso más allá de pedir permiso, es una antecámara de la suerte y no significa sólo oportunidad, me da oportunidad para la suerte se traduciría.
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