Estaba recordando la fiebre de los gin-tonics pijos mientras me preparaba uno de los de toda la vida, no todo es sabor, pensé, el aguijón del limón, recién cogido, enfrentado con el color de la duranta, quizá puedan derribar convicciones viejas. Aunque seguro que será una combinación para disfrutar sola, con la concentración que requiere asistir al chisporroteo del añil y el amarillo, titubeé.
Iba a mitad cuando descubrí que de sola nada, ha vuelto el buho que vivía en la yuca y que se puede ver desde la cama. Habrá vuelto para celebrar dos días de absoluto silencio.
Luego seguí metiendo hojas entre hojas, reconforta mucho preparar los inviernos.
4 comentarios:
¿Estás sola, ya?
Yo quiero un gin tonic mañana contigo.
Vale, tengo que bajar al pueblo a por tabaco, joder, qué putada, pero será pronto, llevo sin ir, buffff, creo que sobreviviré. El resto del día pour toi, que tenemos que hablar de muchas cosas.
Es verdad, ya no se habla tanto de los gin tonics ¿será una moda que se marchó con la llegada de la crisis?
Será, será que se bebe más Larios.
En todo caso a mi me cargaban tanto las conversaciones sobre las variantes sofisticadas del adorado mejunje que me apetecía ponerlas en solfa.
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