Andy Goldsworthy
y hasta bajo las axilas de la muerte. Transformémonos en su calor:
llevaremos sus ojos.
Levanta tierra el sepulturero, pero más levanta la palabra
Nunca estaremos lo suficientemente atentos a las actitudes, la crueldad,
las convulsiones, las invenciones, las heridas, la belleza, los
juegos de ese niño que vive cerca de nosotros con sus tres manos,
y que se llama presente
René Char
1 comentario:
Presente ¡que no se nos escape de las manos!
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