Estupefacción:
No parece un accidente, no parece lo normal que Putin se
llame Putin, que la Pajín se llame Pajín, que el banquero se llame Botín, que
un director de GM se llamara Perversi y el papa Ratzinger.
(No pensaba
escribirlo porque lo he repetido mil veces, pero que la ministra de sanidad se llame Mato me ha superado)
Alivios energéticos en otro registro:
Estoy desturcada, este pinche cerote gobierno, híjole, vieras con este cavernícola
de Ortega, rezando en cada acto y poniendo vírgenes en las rotondas.
Maje, si tuviéramos reales te mandamos a traer, no lo dudés,
pero orita estamos esperando que recoja agua la nube
Pseudo-etimologías.
Es interesante quien tiene intereses, elegante quien sabe
elegir y amateur el que ama.
Imagen Michael Batory
5 comentarios:
No comento mucho lo que escribes porque no sueles dar qué hablar, Sanuy, das más bien qué pensar con tus pensamientos. Y por si no se entiende este comentario que podría repetirse eternamente, te digo que es positivo, vamos, que sigas, por favor.
Antes era considerado una virtud, no dar que hablar, eso era ser discreto, me gusta. Ahora creo que es al revés. Gracias Berdor Corrales.
Sí, mi abuela siempre me lo repetía antes de salir de casa en el pueblo, ya ves tú, con once años que tenía yo: No des qué hablar por allí, Ester.
Y yo que no entendía, procuraba estar siempre muy callada. Por eso hablo ahora tanto, supongo.
En cualquier caso, tal vez por lo que me decía mi abuela, siempre me ha gustado más la gente que me hace pensar que la que me hace hablar.
Pues hablaras mucho, que no es cierto, pero yo nunca te oigo meter la pata.
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