Lo
mejor de la primavera son los paseos matinales. A veces viene Emma, otros días
vamos solas. Cuando paso a las nueve de la mañana la Arse ya está informada y rabiando. Algunos días hasta se sabe los tres o cuatro chistes políticos de
la jornada. Ayer me llevó a ver el cementerio nuevo, que es horrible y está muy
lejos, y hablamos de la muerte. Es complicadísimo imaginarse la muerte de
alguien que camina a esa velocidad. Me dijo que quiere que la quememos y que la
enterremos también, y como estamos hablando de un hecho remoto se ríe y remata:
-Más
completo ¿no?
Me
siento una suertuda y casi una adolescente cuando veo a mi madre tan joven. Se
lo digo.
-Para
joven tu tía Carmen, que fuimos a buscarla preocupados porque no cogía el teléfono
y subía del bar de jugar al guiñote con sus amigas a las once de la noche. Con
noventa y uno. Bueno, que a tu abuela le gustaban a los ciento tres las películas
de los Monty Pyton. Pero van a mandar matarnos los del FMI. Ya sabes que
han dicho que con tanta longevidad no les salen las cuentas.
Luego
he estado pensando en la nostalgia, aún no tengo mucha de nada, pero sé seguro
que la tendré de estas mañanas.
(he encontrado un montón de fotos que me parecen buenísimas pero ni idea de quién son)
(he encontrado un montón de fotos que me parecen buenísimas pero ni idea de quién son)
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