Y luego me he acordado de mi sobrino, Tomás, que tiene siete años y una crisis de fe y ha pasado las navidades diciendo ¡vaya dios, siiiiiiii es que existe, que lo dudoooooo!¡vaya dios que no va a África ni cuida a nadie!. Mientras su hermano gemelo, Alejandro, se declaraba católico sin dudar: ¡es que si no cree en dios no puede creer en los reyes magos!, lo hace por eso, me sopló el otro, enfebrecido en su cruzada atea. Y así va todo.
Me he puesto a rebuscar al final de la tarde, con suerte porque me he reencontrado con un tipo que me fascinó hace mucho tiempo, el de las dos manzanas bailando, se llama Michael Batory, poco he podido averiguar sobre él, que hace los carteles del Theatre Chaillot y na más.
4 comentarios:
jajaja... me han encantado las dudas de fe de tu sobrino y la cruzada cristiana de su hermano!
Realmente debe haber un dios despistado, que mira para otro lado y deja a su espalda siempre a los mismos
Que si me has contagiado...¡No sabes cuánto!...Ya hablaremos ya.
Este año ando a mil pero SI SI tenemos que encontrar un hueco todas ¡no seamos petardas!
Te dejo un montón de besos mi querida Marta, (y convence a la Santón pronto, que tienes mano)
qué ojo para las imágenes, joder qué tía!!!
bss
son
¡Y cómo crece el racismo, que souflé, lo dejas un rato y ya está crecido del todo!
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