No he leído mucho estos días, he picoteado. Picoteando encontré el domingo pasado esta cita de María Zambrano que me pareció exacta:
No había luz de domingo, luz quieta que nos dice, aun en medio del mar, que es domingo, y sobre todo domingo por la tarde. La tarde de un día de fiesta en los barrios alejados es la comprobación de que sea de verdad una fiesta y todos los domingos somos demasiado pobres para celebrarla
Y algunas preguntas de la Zambrano, también pertinentes:
¿Por qué el entusiasmo es tan dado a caer en la angustia?¿Por qué la belleza, la certidumbre, da miedo?
Se acaban de ir todos, Gonzalo, Paloma, Joselín, Eva, así que me voy a leer al porche, Joselín (que tiene blog) me hizó ayer el diagnóstico anual y me recetó las lecturas terapéuticas, siempre me sientan muy bien. Además me está enseñando a decir indudablemente desde los talones. Creo que este año si me voy a venir a vivir más a Fresnedillas.
La foto es de cuando anunciaban esta casa, me ha hecho gracia encontrarla por azar, nos parece tronchante esa balaustrada colonial.
1 comentario:
A casa me faz lembrar as tardes quietas de domingo. Com algum sol, solidão e um livro para ler que me leve do outro lado do mar. Um beijo para ti Graça
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