Ascensión del cauce.
Aquel día también tocaba balance del año anterior y declaración de intenciones. En estas fechas todos los años vuelvo a ponerme una chaqueta naranja prestada y Blanca viene al porche con cara de no aceptar disculpas.
-Vamos-
Dice.
Y remontamos el río seco, esa hondonada que hace tanto que nadie limpia. Después de la batalla contra juncos, piedras y cañas llegamos a un campo de frutales dividido por el cauce. Yo aún creo que fue el orden de los árboles, que el lugar nos dio claves, nos hizo exigentes, minuciosas, exactas en la tarea de imaginar, y por eso acertamos.
(Las fechas: en algún momento cada fecha empieza a manifestar querencia por un año concreto, se imanta de otro día, y no deja de asombrarnos no habernos dado cuenta de su importancia entonces)
Lectura y primogenitura.Mari Luz le dice a su hija:
-Malena mira a ver que hacen Nora y Marcos.
-Si, Nora, Marcos, Paula, Alejandro y Tomas, Ariadna, Jaime... mira mama me esta pasando como a la tía Marta, que os tenía que cuidar a todos, ella también estaba harta de ser la mayor, y a lo mejor por eso le dio por leer, yo me voy a leer también.
Malena tiene nueve años, los otros pedugos van de uno a cinco.
(La chimenea, el mantel, la gran mesa: ese cuarto en casa de Javi es idéntico en lo esencial al de su madre, ¡hasta la radio de fondo!, y allí acudimos todos, lo ha calculado conscientemente, al milímetro, porque lo que más le gusta es cocinar y recibirnos)
Pero ¿Por qué recordaré siempre el día de Reyes del año en que murió Juan Benet?.
Y aquel roscón rodeado por pseudo intelectuales desdeñosos que, por supuesto, lo consideraban, por ciencia infusa, un escritor muy pesado
La historia de los ladrones de lotería
Me la contó su prima, vivian de los hurtos pequeños casi todo el año, eran hermanos, y a partir de octubre robaban casi exclusivamente lotería.
-Lo excitante era el día del sorteo. Ellos se rifaban los números antes, sin bolas, anotandolos en papeles, luego se cambiaban participaciones, `porque siempre alguno se encaprichaba de un número, un pálpito es un pálpito, y luego no tenía remedio, ¡al que le tocaba para él!
-¿Y lo siguen haciendo?
-Ganaban dineros con eso en navidades, no todos, pero alguno de los tres ganaba, y luego entre pedreas y posturas salían al cabal. La cosa es lo excitante que es tener tanta lotería, yo siempre iba a casa de mi tía el día del sorteo. No sé si lo seguirán haciendo, hace mucho que no los veo.
La imagenEs de Soledad Sevilla, me gusta mucho lo que hace esa mujer y me he propuesto ser seria y citar a todos los autores. Si no Carmen se enfada. Y con razón.
2 comentarios:
Me ha encantado esta entrada, con lo de la ciencia infusa, se me ha escapado una carcajada.
Un beso, Miriam G.
y yo soñé ayer con esther
tengo mucho curro, ains
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