-Te doy dos segundos.
He oído que le decía una madre a la hija en la puerta de los chinos.
-Pues vaya regalo
Le ha contestado la niña.
Luego he ido a devolver a María Jesús a la civilización. Nadie se puede alegrar de que una amiga se rompa la clavícula, aunque eso me haya mejorado los días notablemente y tengamos motivos para sospechar que se tiró por las escaleras porque no quería volver al juzgado.
Por el camino hemos estado jugando a las edades. Ella también tenía seis años ésta mañana, y con berrinche.Me decía:
-yo no quiero irme a la ciudad, ni perder autonomía, y además no encuentro las llaves
Como la he llevado en su coche y volvía en tren he pasado a tomar vermout con mi hermana. Entonces ha sonado el teléfono y ¡¡¡¡¡era Luis Delgado que estaba en Zaragoza y quedábamos a comer!!! Recién jubilado resultaba evidente que ha vuelto a la treintena.
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