miércoles, 21 de octubre de 2015

Verbum



Cuánto más disfruto de la literatura menos interés siento por el mundo literario, estaba pensando estos días, y anoche se lo oí decir a Goytisolo.

Estoy en étapa de idilio, se me ha caído la baba con “El viceconsul” de la Duras; llevo anotando sus libros semanas, sus picardías literarias me parecen infinitas. Pero mientras buceaba en la Duras se estaba agitando Lautreamont recomendado por la Pizarnik, antes de alcanzarlo encontré un apeadero; Bachelard hablando de Lautreamont. Cuando necesito un cambio de aires me voy con los cronistas, esta semana con Villorro y la Licitra.

La cháchara de todos esos dispara la memoria y también me persigue algo que decía Valery: que la historia de la literatura podría ser contada sin citar a un solo autor; me hace ilusión pensar, cuando convivo con ese batiburrillo de gente, que sus palabras se imantan, resucitan, chocan, se interrogan, se bifurcan y que, al escucharlas, hasta me salen  hojitas, como a las estacas.

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