Esperar el veredicto de las Lolas
cuando escribo algo es como esperar los resultados de unos análisis,
aunque no temas nada siempre sobresalta un poco ver la cifra exacta
del fósforo y los trigliceridos. También es la parte más
interesante de cualquier trabajo el día después: ¿por qué?¿dónde
lo has encontrado?¿cómo lo sabes?¿por qué no lo matizas? Además
la niña sabe qué se me ha olvidado exactamente y eso me sugiere por
dónde quiero seguir.
A Inés le ha gustado más esto, lo
guardo aparte.
Los neoliberales se han caracterizado
por una gran habilidad para acuñar un lenguaje que nadie entiende
porque nada significa: negocios responsables, capitalismo creativo,
cadenas híbridas de valor, filantropía competitiva, y también
por sus dotes para vaciar de significado el lenguaje y los iconos de
quienes les llevaban la contraria: basta que adopten una palabra para
que se infecte sin remedio: sólo hay que ver que entre las más
queridas por la publicidad se encuentra revolución. Los neoliberales
utilizan con el lenguaje el mismo procedimiento que en la película
de "La invasión de los ladrones de cuerpos" en la que las
personas son suplantadas por clónicos, han sabido suplantar nuestros
campos semánticos y cada vez nos resulta más difícil significar.
Para identificar los intereses de estos
magnates y sus organizaciones hay que fijarse en lo que no nombran:
corrupción, soborno, fraude, especulación, evasión fiscal, déficit
democrático o lobby, destrucción del territorio, derechos
laborales, desigualdades de género, destrucción de la biodiversid,
destrucción del tejido productivo local, derechos de los pueblos
indígenas, criminalización y represión de las organizaciones
sociales que se oponen a sus actividades, contaminación de aire,
agua y tierra. Y en aquello que no reivindican; verdad, justicia,
igualdad.
Puestos a guardar me guardo también el cuento de Ester Berdor de esta mañana, que me venía que ni al pelo y es muy bueno:
Amores no correspondidos
Me hice periodista y me comprometí con la verdad. El problema fue que, en el fondo, yo estaba enamorado de otra.
P.D Y la vuelta, al fin, me voy a tumbar tres
días seguidos con los cuentos de Faulkner y no quiero oír un sólo
dato que me devuelva al mundo real.
2 comentarios:
Muy bueno. Sí señora.
Besos
¡Esa Berdor!
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