Es tan terrorífico lo que estoy escribiendo que algunas veces tengo que compartir la mochila. Parece una historia de ciencia ficción muy bien construida, pero tendremos que encontrarle las fisuras entre todos porque nos va la vida en ello. Hace un rato le he estado dando la turra a Tati que, por fin, tiene conexión en Kivu. Por cierto que hoy se ha ido a vivir Gonzalo a México, ¡se va el compi y yo como si nada! pero porque sé que vamos a estar casi a la misma distancia, aunque estaremos en diferente tiempo: no es lo mismo hablar con alguien que acaba de comer cuando estás a punto de acostarte. Tengo mucha experiencia y sé que no provocan destrozos afectivos ahora estas kilometradas Mi vida está repleta de estupendas presencias de la ausencia y de encuentros importantes en este aún enigmático espacio.
Bueno, ahí va mi parrafito de terror:
Hay una coincidencia entre el exterminio en la Alemania nazi y el proyecto de exterminio que ya está en marcha con el envenenamiento paulatino de la población a través de la comida: se llama Rockefeller y su inspiración procede de los eugenistas californianos. Bil Gates, actual socio de la Fundación Rockefeller, habló hace poco de su convicción de que había que eliminar a unos 1.300 millones de personas y las vacunas eran un buen método. Otra idea peregrina de un omnipotente si no fuera porque está llevando a cabo una campaña de vacunaciónes masivas en África.
Ya lo siento.
2 comentarios:
Idea, la de Bill Gates, tan descacharrante como la de J. Swift en el siglo XVIII: solucionar el problema de hambre en Irlanda comiendo (los ricos) a los hijos de familias pobres. De ese modo, conseguirían un dinerito y se libraban de bocas que alimentar. Sólo que Swift lo decía irónicamente, y a punto estuvo de costarle caro.
¿Nadie le ha comentado a ese gilipollas de Gates que no se puede decir en voz alta todo lo que se piensa?
Creo, por ahí busco, que no es un deslíz de un bocazas sino la declaración de principios de un omnipotente. Yo también me pregunté por qué lo decía y ahora estoy más asustada.
Fíjate en lo del corredor verde, otra idea vieja de Rockefeller, del cincuenta y tantos, mientras se cargan la biodiversidad y se hacen dueños de la alimentación se se montan la bóveda de reserva de semillas, menudo proyectito el Svalbard.
Sólo se es omnipotente si se llevan a cabo alternativas mutuamente excluyentes. Ahora están comprando Ongs a saco.
Cómo tú y yo diríamos se les ve mucho la tramoya.
Tienen a su favor que sus planes son atrozmente increibles.
En fin, querido. Gustazo saludarte, el otro día escribí un panegírico de la biblioteca de tu padre, a la que tanto le debo. Besicos.
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