-Tampoco hay que ser tan repulido. Las malas hierbas no le
hacen mella a las plantas cuando están fuertes. Eso sí, cuando riegas lo riegas
todo.
-No hay que abusar de los cactus, y eso que no hay belleza más
escandalosa que la de sus flores. Tampoco hay que excluirlos, basta con tener mucho
cuidado.
-Nunca estuvieron tan presentes los que intentan combatir el
moralismo con moralinas, o quizá sí, pero como era sólo verbal luego limpiaba
el viento y no se fijaban, o no se me fijaban.
-Quedarse al borde del no decir es distinto dependiendo de dónde
se venga. Si se viene de lo inane puede resultar patético, y siempre se nota.
Otro de los trampantojos del verano, la impresión de estar a
punto de pensar.
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