Ángels Ribe
Ensayo para hablar conmigo misma como lo hacen los escritores
importantes, como con alguien remoto.
El mejor ejercicio es darse órdenes. Práctico mucho, incluso me doy órdenes de otros y en francés,
por ejemplo esta de Char:
“Enfonce-toi
dans l´inconnu qui creuse. Oblige-toi à tournoyer”.
Tampoco viene mal darse consejos:
La afectación sólo es
llevable durante la primera juventud, la afectación en alguien talludito produce
espanto, ridículo cósmico-me digo, impostando la voz.
O repetirse frases tranquilizadoras:
Casi todo es verdad, pero no simultáneamente.
2 comentarios:
No hay nada como encontrar un momento para hablar con uno mismo. Me encanta el blog
Gracias.
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