Michael Thomas Hill
Vemos la jaula, oímos el aleteo. Percibimos el ruido
inconfundible del pico
afilándose contra los barrotes. Pero no hay pájaro.
En una de esas jaulas vacías, oí la más intensa gritería de
loras de mi vida. Por
supuesto, no se veía ninguna.
¡Pero qué ruido! Como si en esa jaula se hubieran hallado
tres, cuatro docenas:
“…¿No estarán un poco apretadas en esa jaulita?, pregunté
maquinalmente,
aunque añadiendo a mi pregunta un matiz burlón a medida que
me escuchaba
pronunciarla.
“Sí…, me respondió su dueño con firmeza-por eso chillan tanto. Querrían
más
espacio.”
Henry Michaux
2 comentarios:
hermos texto, marta.
don michaux...apellido de gato.
me parece que lo voy a replicar pa llevármelo a la sopera.
gracis, besos!
pepe
Elegir uno de los ingredientes de esa deliciosa sopa es un peazo honor, don Pepe
abrazos
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