De la serie anual “Estrellas fugaces”
Partió el cielo en dos, era la estrella fugaz más grande que yo he visto, cuando me
iba a poner a imaginar qué habían pedido los demás, Lord Miércoles desvió mi
atención. Dijo:
-Mi
deseo es tener todos los deseos.
Entonces
yo cambie el mío y me pedí tener, aunque sólo sea un rato, ocho años.
Rebelión en la Porta
El pez
que cuelga del atrapasueños se ha puesto a nadar y el porche ahora parece un
barco que se hubiera dado la vuelta. La cuerda de tender se llena de pajaritos
que rodean extrañados al pez, se echan a volar hamacas, sábanas y manteles, se
balancean los lazos sueltos de la parra, se tiran del árbol varios mangos, el agua de la manguera hierve, las flores se
arriman entre ellas como si estuviesen cotorreando. Y a mi, el viento
subsahariano que sopla desde anoche, me manda de una patada en el culo a la
cocina que está fresca y a oscuras.
Anteayer se volvieron a ir todos.
Tatiana
me trajo un vagón de abrazos, noticias radiantes sobre mi futuro inmediato, paciencia
para desatar nudos e infusiones de hiperico. Enseguida cayó en las redes
Caeirianas en las que lleva enredado el molino todo el verano.
Se echa
de menos el silencio de Yeray, de Zoe y
de Gonzalo. La extraña familia estable de este año. El poeta, cada vez mejor
poeta, vuelve pronto a hacerme más gran compañía.
Para mientras Yeray y él llenaron la casa de pegatinas.
Atención
Muchas gracias por su atención
Dice la
que acabo de encontrarme en una nevera.
También encontré un poemilla vacilante entre las pinzas de tender que me llenó de alegría.
También encontré un poemilla vacilante entre las pinzas de tender que me llenó de alegría.
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