Luego pensé que era injusta considerando que nuestra comunicación es como agua de selz.
Gracias a facebook encontré a Taida, veo la fotos de la primavera parisina de Tatiana, tengo el placer de leer a Luis Alvárez, ¡leo los chistes de Sonia! a Nacho, a Madu, a Merche y su camino del agua, sé en qué exposición anda Luján, en qué piensa Luis Cancer, coincido en muchísimas opiniones con Pepe Murciégo, recibo noticias de Care Santos, sé cual es la próxima convocatoria de mi nunca bien ponderado Escarpa, o de los nunca bien ponderados Soperos, intuyo en que andan el Tibu y Vladimir, participo de algún modo en la inauguración de La Louchette, todo esto, y muuuuuuucho más, mezclado con un montón de gente que también está allí, a la que no conozco de nada, y que dice cosas que no entiendo, seguro que no les presto la suficiente atención, vaya, que las redes son como un bar. Me sigue dejando perpleja que alguien ponga la foto de una pierna y les guste a cincuenta y siete y luego alguien diga algo buenísimo y sea recibido con un silencio sepulcral. Es un extraño termómetro para la autoestima el facebook. En todo caso yo no participo, sólo miro, porque cuando digo algo tengo la impresión de estar quedando fatal por hablarles a unos y a otros no, y no me suelo sentir con ánimos para hablar con todos y al mismo tiempo.
Me he puesto a hablar del Facebook porque esta mañana, que amaneció plomiza, "hubiera llovido a la menor vacilación de un pájaro", me he reencontrado, por azaaar, el poema de Juan Larrea que prefiero en el faceebok del Ezpeleta, que también es el que prefiero.
¡Nada reconforta tanto como toda una vida coincidiendo!
merci Antuan.
Espinas cuando nieva
Suéñame suéñame aprisa estrella de tierra
cultivada por mis párpados cógeme por mis asas de sombra
alócame de alas de mármol ardiendo estrella estrella entre mis cenizas
Poder poder al fin hallar bajo mi sonrisa la estatua
de una tarde de sol los gestos a flor de agua
los ojos a flor de invierno
Tú que en la alcoba del viento estás velando
la inocencia de depender de la hermosura volandera
que se traiciona en el ardor con que las hojas se vuelven hacia el pecho mas débil
Tú que asumes luz y abismo al borde esta carne
que cae hasta mis pies como una viveza herida
Tú que en selvas de error andas perdida
Supón que en mi silencio vive una oscura rosa sin salida y sin lucha
El título es de Larrea, claro. Y la imagen de Klee
3 comentarios:
Ays, por fin volviste, qué bien.
Completamente de acuerdo, Marta. El motivo de que 50 pongan me gusta en una foto tontorrona y que haya un silencio sepulcral en una frase bien dicha no es otro que el poder que el que lo cuelga tenga, el suficiente como para hacerle la pelota, o el potencial de hacer algo interesante, el suficiente como para que se decida barrarle el paso (¿más que bar, burdel en el sentido francés?). Por cierto, somos amigas en Facebook, pero cuando entro en inicio nunca me apareces. Te buscaré...
¡Precioso poema!
Un abrazote.
Ester ya sabes que para ti estoy a siete minutos en tren y una pedaleada corta,asi cuando quieras.
Hola Bel, estupenda tu entrada del otro día, me encanta haber llegado tan pronto. Tu tampoco me apareces a mi, curioso, yo no te apareceré porque casi nunca pongo nada.
Besazos
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