miércoles, 9 de enero de 2008

Cuestiones y rituales


Tengo un amigo que se hace una entrevista a sí mismo cada noche. Para mantener las ideas claras, dice.

Y me he contagiado. Hasta ahora no me hago más de dos preguntas cuando me voy a dormir, como quién se toma las píldoras; una fácil y otra difícil (intento no darme mucho tiempo para responder, hay que jugar absolutamente en serio a esto de las auto entrevistas)

Anoche me pregunté

-¿Por qué me gusta leer diarios?.

Pero no me quede nada satisfecha con la respuesta, la tengo que repetir, me salió un tutti frutti pedante, consabido, soso; no estaba a la altura de
Musil, de Elías Canetti, de Sender, de Max Aub, de Stefan Zweig ni, por supuesto, de Kafka (los diarios que me vuelven loca, los que no dejo de leer nunca, los que me tienen atrapada en la espiral de los días de otro, los que me deslumbran son los de Kafka)

La pregunta fácil fue:

-¿Qué poema elegirías para empezar el año?

Y elegí uno de
Antonio Gómez y estoy con la elección muy satisfecha

Plural en sentimientos

La razón
sin lastres ni murallas
dictará sueños
hasta acunar la tierra

He aprendido algo de esta primera auto entrevista: es mejor empezar por las preguntas fáciles.
La imagen, pues no necesita presentación.

3 comentarios:

Miriam G. dijo...

Anotado,es mejor empezar por las fáciles.

Gracias por el poema.

Un beso, Miriam G.

Fernando dijo...

lo malo es que se empinará la montaña...besos


Debajo de tu silencio
a veces encuentras todo
lo que se llevó el olvido.

Jesús Alonso dijo...

La entrevista, ¡qué genero! Cuando me toca prepararlas hay un momento en que le cojo manía al entrevistado, para compensar la manía que supongo él va a sentir por mi persona y mis preguntas. Buen poema el de Antonio Gómez. Buena vida la de Pepín. Añoro a Haro.