Algo me trajo a la memoria el otro día a la Rosenvinge, y bueno, que ya estuvo suave, que no era un gazapo que me gustara tanto, solo un poco de miedo a parecer blanda.
Y la de antes me sigue gustando: no estuvo mal querer llegar muy lejos, casi, casi hasta el final, donde nadie da consejos.
En fin, que si, que hasta la canción de la ratita presumida me gusta, esto tiene pinta de ser una debilidad
-¿Pero qué haces tú oyendo a esa tía?
dice Mapi que viene a por la perra.
Hace 2 días
6 comentarios:
La vi hace un par de meses y me encanto. Hace 20 años para mí era un mito erótico infantil. Y sigue igual.
Bendita debilidad, Marta, eso es lo que convierte a la gente en mágica y apetecible. La perfección es un rollo, será porque yo soy más fan del vicio que de la virtud. A mí me encanta Christina creo que ha sabido ser débil e imprevisible para poder escapar de lo que se esperaba de ella.
Pues ya me siento menos sola, y menos fan que ayer, por cierto, fue un ataque.
Me temo que antes si que hablabamos de la misma Cristina. Me encanta.
El martes estuve con el que ha sido su compañero sentimental. Un buen tipo que lo ha pasado bien en la vida. No he sewguido mucho a Cristina, pero alguna de estas canciones que nos has regalado tienen su gracia y su aquel.
Estaba pensando que con el pop me pasa como con el barroco, que me pego media vida intentando quitarme, pero nada.
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